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CORRESPONDENCIA DE «LA ABEJA»

Sr. Director de LA ABEJA MONTAÑESA.

Fresnedo de Soba, 29 de Junio de 1866.

Muy señor mío: en la tarde del 25 de este mes descargó sobre este pueblo y los de Rehoyos, Pilas, La Revilla y Rozas, una manga de agua, que todo lo inundó y causó grandes destrozos en las mieses, arrancando el maíz, derribando el trigo y la yerba y arrastrando la tierra y paredes de las cerraduras, en una palabra destrozando cuanto encontró a su paso. El 27 repitió, aunque no con tanta intensidad, pero el 28 fué espantosa é imponente, tant por la gran cantidad de agua que cayó, cuanto por venir acompañada con grueso granizo. Como la tierra estaba movida á causa de la siembra y salla del maíz todo el terreno que tenía alguna pendiente ha quedado despojado de tierra vegetal. Los trigos que estaban en la época crítica de la granazon, como han quedado acostados, granarán mal, y eso donde la tormenta no rompió la espiga, como sucedió en los pueblos de Aja y San Pedro, que fueron los más castigados en la última tormenta. También la yerba se resiente de tanta humedad, de modo que en poco tiempo se han desvanecido las halagüeñas esperanzas que abrigábamos sobre la abundancia del año. No hay que pensar en formar espediente sobre los daños causados por las tormentas, porque sería perder el tiempo, toda vez que aunque hace años se formaron con motivo de los destrozos que ocasionaron los aguaceros, que vinieron por septiembre, aún no sabe nadie de los que salieron perjudicados cuál fuera la resolución que sobre ellos recayó, no habiendo por lo tanto recibido la indemnización.

Todavía estamos sin cirujano en este partido, aún cuando hay uno que se ha brindado á venir, y á pesar de que en la reunión que al intento tuvimos, todos estaban conformes en la necesidad de traerlo; pero esta es la hora en que nadie se ha vuelto á acordar de semejante cosa. Desde que yo dejé de gestionar, todo ha quedado olvidado  y yo aburrido completamente de tratar con gente tan indolente. El pueblo de Regules, que tiene pretensiones de ser la capital del valle por su situación y demás, ya que quiere que el cirujano se sitúe allí, debió hacer algún sacrificio; pero no tan solamente no lo ha hecho, sino que ni aún los notables del pueblo que fueron comisionados sobre el asunto, han dado paso alguno.

En los pueblos de la parte alta del valle se han presentado bastantes casos de rabia en los perros, propagando la enfermedad á varias reses vacunas, que también han rabiado, y mordiendo á varias personas que afortunadamente hasta hoy no han tenido novedad, ni tampoco los que se estuvieron alimentando con la leche de las vacas contagiadas.

Sin tiempo á otra cosa por hoy, se repite de usted atento S. S. Q. B. S. M.

(De nuestro corresponsal.)

La Abeja montañesa: Periódico de intereses locales: Año X Número 2334 – 7 de Julio de 1866.