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Herada de Soba

LO QUE PUEDE SER UN PUEBLO

Herada, pueblo de setenta vecinos, colindante con las provincias de Vizcaya y Burgos, es uno de los más hermosos de la provincia por su situación geográfica. Se halla situado en la falda del puerto de San Fernando, conocido por Los Tornos, a una altura de 750 metros sobre el nivel del mar. En el invierno se goza en este pueblo de un clima bastante frío y agradable por lo seco; en el verano es el clima mejor que se conoce en la provincia, puesto que en los días más calurosos, cuando en todas partes se hace insufrible el calor, en este bello rincón se goza de una temperatura fresca en extremo.

La belleza del panorama no sé explicarla más que recordando la célebre frase de nuestra augusta Reina cuando, entusiasmada ante su vista, exclamó: «Esta es la Suiza española». Lo sano de este lugar lo creo suficientemente explicado con el entusiasmo de un doctor afamado de Madrid, que no ha mucho decía que de encontrar ayuda, establecería una Casa de salud en Herada, en la seguridad de un éxito completo, por no tener rival posible, dada su situación insuperable.

¿Qué podríamos hacer los hijos de este pueblo para que llegara a ser una consoladora realidad lo que hoy sólo es un bello ideal?.

Del deseo de todos, desde el primero hasta el último, por ver engrandecido el lugar donde por primera vez vieron sus ojos los mágicos destellos de la luz, no hay que dudar por un solo momento, puesto que este humilde cronista, que hoy ha tenido la feliz iniciativa de exponer a sus convecinos lo que podría llegar a ser este pueblo, se ve agasajado por todos sin excepción y animado a dar forma a lo que tiene metido en su magín para que sea realidad el bello ideal que empiezo a exponer.

Dotado este pueblo de tosas las mejores condiciones que la madre Naturaleza prodiga a los lugares escogidos por la misma para acariciar a este amado hijo, llora hoy, y con ella todos los vecinos de Herada, la urgente necesidad de una traída de aguas para poner al pueblo a la altura de los más exigentes en cuanto a clima hermoso, bello saludable y digno de que se pueda convertir en lugar de colonia veraniega.

El agua, de primera calidad, lo tenemos abundante a unos cinco kilómetros del pueblo, y en terreno del mismo.

¿Qué necesitamos para que esta agua esté al alcance de nuestros paladares y nos libre de los sinsabores sin cuento por que hemos de atravesar durante la estación veraniega, y que afecta no sólo a los vecinos, sí que también y principalmente a la ganadería, única riqueza de que hoy disponen los hijos del pueblo?.

Lo primero, buena voluntad y amor al pueblo. Esta parte está resuelta, pues que todos los hijos de este pueblo lo quieren, como pudieran querer a su propia madre.

Lo segundo, dinero, que lo hay, y abundante, entre los hijos del mismo.

¿Qué podría costar la traída de aguas del manantial de Los Llanos?.

A primera vista, y sin ser inteligente en esta materia, me atrevería a asegurar que con treinta mil pesetas se podría disponer de una magnífica traída de aguas.

De todos modos, sean treinta, sean cuarenta o sean veinte, doy por seguro, y lo probaré en su día, que los hijos del pueblo no necesitan reunir más que el cincuenta por ciento del costo total del presupuesto que en su día haya de hacer el ingeniero encargado del proyecto.

¿Entre los hijos del pueblo no se podría reunir esa cantidad de pesetas para abastecer a este hermoso rincón del delicioso líquido que tanta falta le hace?.

Herada: ¿no cuentas con una gran sociedad de hijos pudientes, que con un tesón digno de su honorabilidad han llegado a elevarse a las más altas cumbres, y hoy, con un pequeño rasgo de generosidad, te proporcionarían un puñado de pesetas para satisfacer una de tus más grandes necesidades?.

Díganlo, si no, don Pablo, don Víctor y don Antonio Gómez, don Isidro Solar, don Ricardo y don José Ortiz, don José, don Manuel y don Jesús Martínez, don Ángel y don Tomás Ranero, don Ricardo, don Francisco y don José Gómez, don Ventura Urrieta, don Manuel y don Laureano García, don José Ranero y otros que este momento no recuerdo, quienes no dudo que, siguiendo el camino emprendido por el amigo Manuel Echevarría, que ha iniciado la suscripción con una cantidad respetable, se convertirá en consoladora realidad lo que hoy es deseo de todos, hasta de los más humildes vecinos del pueblo, que están dispuestos a contribuir con se porción de trabajo, ya que no pueden con su dinero.

DE SOCIEDAD

Después de haber pasado la temporada de verano en este hermoso lugar, han salido para Madrid don Manuel Echevarría y su distinguida familia, en donde pasarán el invierno en su hermosa residencia.

-Después de haber recorrido las principales capitales de España, ha regresado nuestro buen amigo don Manuel Martínez.

EL CORRESPONSAL

 

El Cantábrico. Diario de la mañana. Año XXXIV. Número 12367 – 19 de diciembre de 1928.