VALLE DE SOBA

VEGUILLA

Conatos de Incendio producidos por electricidad.

En las primeras horas de la noche del día 2 y a consecuencia del fuerte viento reinante y del mal estado en que se encuentra el tendido de la línea eléctrica «La Sobana», que suministra el fluído eléctrico a este valle, se desprendió un cable de alta tensión, cayendo sobre otro de baja, hizo contacto con éste y repercutiendo en las instalaciones de los distintos domicilios de los vecinos de esta localidad, produciéndose, por tal causa, conatos de incendio en varias casas, que llegaron a alarmar al vecindario, pues las chispas que despedía la línea e instalaciones de las casas, alimentadas por el citado viento, llegaron a incendiar una accesoria de la casa comercio de los hermanos Castanedos, propiedad de la señora viuda de Moral, destinada a depósito de leche «La Pemilla» y garage, así como otros distintos domicilios, entre ellos, la casa cuartel de la Guardia civil.

Los vecinos, por ser las primeras horas de la noche, y dándose cuenta del peligro que corrían dichas casas, acudieron presurosos para sofocar los incendios iniciados, y provistos de cubos, se personaron en la antedicha casa, intentando, con agua, apagar el incendio en el citado depósito-garage; al arrojar uno de éstos, el que lo hizo recibió una descarga eléctrica, por lo que desistieron de atacar el fuego de esta forma, por no prever el peligro que esto supone y darse cuenta de que el agua es un buen conductor de la electricidad, habiendo estado expuesto a perecer alguno por tan temeraria imprudencia.

Como los incendios tomasen incremento, con toda premura, los hermanos antedichos sacaron su coche del garage y se personaron en la central eléctrica para que cortasen la corriente, como así lo efectuaron los empleados de la misma, y una vez retirada ésta, con facilidad, se sofocaron los antedichos conatos de incendio, no habiendo habido, afortunadamente, que lamentar desgracias personales ni pérdidas materiales por haber ocurrido el hecho en la hora antedicha, pues de haber sido a horas intempestivas, en que este vecindario estaría descansando de las fatigas del día, no podemos precisar lo que hubiera ocurrido.

Rogamos encarecidamente al dueño de la citada fábrica ponga la línea en las debidas condiciones que la ley exige, ya que en la actualidad está fuera de la misma, para seguridad de los habitantes de este valle y su bien propio.

Esperamos así lo realice, pues en caso contrario, nos veremos precisados a recurrir a la autoridad que corresponda con nuestra justa y razonable queja para que seamos atendidos en nuestro ruego.

La Montaña: revista semanal de la colonia montañesa; Año 21 Número 2 – Habana 31 de Enero de 1936.