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Reseña histórica del Valle de Soba (3),

por D. Pablo Martínez.

(Continuación).

Desde aquí nos retiramos pasando por pocas casas de La Calera, que está ya en la línea de Vizcaya, al Camino Real y llegar a Balnera, que se hallan situadas a derecha e izquierda del Camino Real que sigue a Lanestosa y Laredo, linda con Vizcaya a la misma parte del Este. Consta de unos trece vecinos, y su terreno produce maíz y poco trigo con algunas otras legumbres, y lo que les vale más es la cría de ganados que los pueden alimentar bien en los montes y sierras que los circundan. Muchos ganan su sustento con las encuartas que los carreteros y coches que suben de la montaña de Santander necesitan tomar en este sitio el alto de Los Tornos, y el que tiene pareja hace este lucroso servicio. Hay posadas bastante regulares y surtidas de lo necesario para todo transeúnte. Las casas en lo general son bastante buenas y cómodas y a propósito para labradores. También reside en Balnera el puesto de la Guardia Civil, compuesto de un cabo y cuatro guardias que presta el servicio para el Valle de Soba y las carreteras, teniendo sus entrevistas con los otros guardias de Ramales, Carranza y Merindad de Montija, con lo cual esta benemérita tropa con su gran instrucción y mejores servicios, hace que la gente honrada, laboriosa y trabajadora pueda gozar con tranquilidad de los beneficios de paz que son tan agradables en la vida. ¡Lástima grande es que los gobernantes los quieran mezclar en política y no dejarlos en lo que reza su primitiva institución que es perseguir al malo y proteger al bueno; pero de esto no tienen ellos la culpa, ni menos los pueblos que los quieren con veneración y respeto!. Balnera y estos alrededores corresponden en lo Eclesiástico y demás, y están agregados al pueblo de Erada.

Separado ya del Camino Real y tomando uno no muy llano, me encuentro en poco tiempo en Erada. Este pueblo tendrá sobre cuarenta y cinco vecinos, poco más o menos, y está situado en una altura, aunque lo que ocupa el caserío es bastante llano, con vistas agradables, y aunque en el invierno es frío, en recompensa el verano es fresco, sano y saludable. Tiene edificios modernos de buena construcción y mejor repartimiento, capaces para que en ellos pueda vivir la familia mejor acomodada, y las demás casas, aunque antiguas, en su mayor parte son bastante amplias y a propósito para los labradores de este país. Además hay buena iglesia parroquial con cura propio, Maestro y escuela de primeras letras para niños de ambos sexos. Sus productos son trigo, maíz, patatas y otras legumbres, en bastante buena calidad y lo suficiente para el consumo, y además tiene ganados de toda clase por los buenos pastos y terrenos a propósito, con extensas praderas que les permiten la manutención de todos ellos, con todo lo cual viven con bastante comodidad, y no carecen, como en otras partes, de lo necesario para sustento y demás gastos familiares. También hay personas acomodadas que remedian algunas necesidades en épocas que los labradores lo puedan necesitar antes de la recolección de los frutos. Como pueblo elevado y dominante en tiempo de las guerras civiles que hemos tenido, siempre se estaciona aquí una fuerza como resguardo de los pueblos y carreteras y también las Herrerías, y otras varias personas de este lugar han sido distinguidas por su laboriosidad y sabiduría.

A corta distancia se encuentra Cajiguera, que tendrá sobre cinco vecinos, y es como un barrio que en lo Eclesiástico y demás depende de Erada. Sus productos, ganadería y demás es lo mismo y de igual clase que el anterior por gozar del terreno, así como pastos pertenecientes al Consejo y está situado este barrio en muy buena posición y con más abrigo que el anterior, siendo muy corta la distancia que los separa también de los otros pueblos inmediatos; de suerte, que los pocos vecinos que aquí viven, todos ellos están muy bien y alguno en una posición floreciente. Las casas todas son bastante buenas y cómodas para labradores.

Bajando la cuesta y sendero para Lanestosa y en medio de dos peñascos, se encuentra La Pared, barrio situado en el Camino Real que baja a Ramales. Sus casas son antiguas y adecuadas a los labradores, menos una que tiene buena construcción y mejor repartimiento y el mesón amplio y bastante capaz para carreteros y dar posadas a pasajeros y que en la actualidad tiene buena aceptación por el buen servicio y atenciones de los dueños. Sus productos en el poco terreno que poseen , son: maíz, alubias, con escasa legumbre; y lo que mejor pueden tener es ganado lanar y , sobre toda, cabrío, que entre dos peñascos y algo de sierra que los circunda, es a propósito para la cría y aumento de esta clase de animales, de los cuales tendrán su lucro estos moradores y no lo podrán pasar tan mal en sus necesidades. Es cercano a este donde el general Espartero, Príncipe de Vergara, sostuvo varias acciones con las tropas de Carlos VII, y son dignas de algún recuerdo. En la peña del lado izquierdo hay una cueva en donde los carlistas situaron una fuerza para impedir el paso del Camino Real que tenían cortado y tuvo que reponerse, y como para llegar a la cueva no era muy fácil por la escabrosidad de malezas y peñascos, que con sólo rodarlos, era lo bastante para no permitir la subida, y por el alto es un despeñadero, así que la artillería que no podía menos que atravesar por el Camino Real, no siendo fácil verificarlo por los costados en virtud de las peñas que lo circundan, era indispensable tomar la cueva para no sacrificar la gente. En tales circunstancias, y tomadas algunas disposiciones, situaron varias piezas de artillería enfrente con el propósito de ver si conseguían hacerles daño y obligar a la rendición; pero todo fué inútil, y sólo sirvió para tener muchas bajas, porque, como al entrar en la cueva había varias curvas, los que estaban dentro ningún daño sufrían, y sí cual ametralladoras, y a tan corta distancia, ningún proyectil suyo desperdiciaban y tuvo la columna que estar detenida algunos días en pruebas inútiles, y lo que era más triste, pérdidas y desgracias irreparables y dignas de mejor suerte. En tales circunstancias se presentó el pasiego Cobanes, bien conocido en Soba por estar casi siempre aquí y en San Roque, persiguiendo con sus ochenta hombres, sobre poco más o menos, que tenía, y que por más que le ofrecieron, nunca quiso mandar más, teniendo con ellos lo bastante para tener a raya a los carlistas que merodeaban por estos contornos, y se refugiaban en Ramales y Guardamino, no pudiendo nunca, por más esfuerzos que hicieron, con Cabanes y sus guerrilleros; y como quiera que Espartero lo tenía de guía, como práctico y conocedor del terreno, y manifestó al general que él solo con su gente tomaba la tal cueva y sin favorable, ¿Qué hizo este famoso y espabilado guerrillero?. Preparó su gente y mandó que por encima de la peña arrojasen paja que se detenía en una especie de esplanada que había a la entrada de la cueva, y luego le prendieron fuego a la paja, y el humo les impedía a los que estaban dentro el ver lo que acontecía, y entonces subieron de frente los pasiegos de Cobanes y la tomaron, cogiendo prisioneros a todos menos dos que se internaron tanto que estuvieron allí bastante tiempo, hasta que se les concluyeron los comestibles y salieron sin ninguna dificultad ni menos persecución. De esta manera estratégica fué tomada aquella fortaleza, que así podía llamarse por las desgracias que causó y el daño que hacía. Pasó después sin novedad la artillería y demás tropa y situaron las piezas en el recodo de Bolaiz para batir a Guardamino y las casas fortificadas de Orense, en Ramales y demás fuertes, y el general Urbina, uno de los Ingenieros mejores y más inteligentes y queridos del general Espartero y demás jefes, al estar dejándolas en su puesto para batir dichas casas, fué mal herido y muerto al poco tiempo, trasladándolo a Medina de Pomar. Estos pasos fueron en el costado izquierdo de la parte del Valle de Soba. En el derecho y peña denominada del Moro, se libró otra batalla, bastante sangrienta por cierto, puesto que los heridos no cabían en varias de las casas de Lanestosa y los muertos en el Camposanto. Esta reñida acción fué mandada por el general Aleson, que le recompensaron por ella con el título de Conde de la Peña del Moro. También se hallaron en estos combates O`Donnel y otros que después han figurado en España por sus brillantes hechos y acciones. Recuerdo estos antecedentes por haber sido testigo presencial de muchos de ellos, y por ser en terrenos de Soba, y, por último, porque después de estas acciones y la toma de Ramales y Guardamino, ya pocas se dieron y fueron la causa del Convenio de Vergara, que cortó de una vez los males y desgracias causadas en tan desastrosa y duradera guerra, que debían odiar todos aquellos que por sus venas sienta correr sangra española.

Terminada la relación y saliendo de La Pared, se sigue el Camino Real y baja un repecho para después, y a menos de un kilómetro, dar vista a Ramales y Guardamino, que ya no pertenecen al Valle de Soba, sino al de Ruesga; y con varias curvas que tiene el Camino Real para poder subir mejor la cuesta, y caminando otro kilómetro más se encuentra el mesón que sirve de posada y el barrio de Bolaiz, que está agregado en lo Eclesiástico y demás al Concejo de San Juan. Linda al Norte y línea divisoria con Ramales. Consta de seis vecinos, y su terreno labrantío les produce maíz y alúbias, en corta escala por ser corto también el sembrado. La cría de ganados les puede ayudar más a soportar sus necesidades puesto que en la peña, sierra y monte que les pertenece, lo pueden apacentar muy bien y estar abrigado en el invierno, facilitándoles a los moradores este auxilio para poder vivir mejor. Las casas son bastantes buenas, como la del mesón y los molinos harineros, y anteriormente existían algunas ferrerías que en la actualidad están ya arruinadas. Desde este barrio y empalmado con el Camino Real que baja a Ramales, parte un ramal que atraviesa la peña que llaman la de Cubillo y llega hasta la fábrica de Orense que está en Bao San Juan y que en la actualidad se encuentra paralizada. Este Camino Real lo mandó construir a sus expensas el mismo Orense, Marqués de Albiada y dueño también de las casas-palacios que en la guerra carlista del año 33 al 38 sirvieron de fuertes en en Ramales y fueron destrozadas por la artillería y quemadas por los carlistas, lo mismo que las demás de todo el pueblo al tenerlo que desalojar, y las de Orense están sin ninguna reposición, observándose en ellas los efectos y estragos que causan las guerras civiles en nuestro país, digno merecedor de mejor suerte; pero tendremos…

(Continuará).

La Montaña: revista quincenal de la colonia montañesa; Año 21 Número 5 – Habana 29 de Febrero de 1936.